
Hola, soy Lis...
Soy fotógrafa desde hace 7 años aproximadamente. Soy una apasionada por el arte, los libros y las historias. Un día lleno de arte puede ser mi escape favorito para los días caóticos.
Tengo una fascinación con las miradas, su poder de transmitir tanto y contarnos historias, por esto el retrato es mi rama favorita de la fotografía. ¿Has escuchado que «una imagen dice más que mil palabra»? Pues creo que no hay verdad más grande que esa.




Te cuento un poco más…
Creo en el poder de una imagen bien pensada, pero más que eso, creo en el valor de lo que esa imagen significa para quien la vive.
No hago solo fotografías, capturo historias, momentos y detalles que muchas veces pasan desapercibidos.
Trabajo con luz, la de mis flashes y la que habita en las personas.
Trabajo con intención, con mirada, con corazón. Porque para mí, cada sesión no es solo un trabajo: es una oportunidad de conectar, de crear algo que importe, de entregarte algo que te recuerde quién eres y la etapa de la vida que estás atravesando.
Me definen los detalles, el cuidado con el que preparo cada sesión, la forma en que pienso en tu experiencia, desde el primer mensaje hasta el último click.
Soy perfeccionista, sí, pero he aprendido a adaptarme a las situaciones como se presentan.
Me gusta cuando todo encaja, cuando el resultado se siente auténtico.
Me mueve la honestidad, la calidez, el deseo de que te sientas cómoda, representada, orgullosa de lo que ves.
Me esfuerzo por mejorar, por crecer, por aprender de cada cliente, de cada historia, de cada error también.
Y aunque la fotografía me ha llevado por muchos caminos, lo que nunca cambia es la forma en que me entrego en cada proyecto: con sensibilidad, profesionalismo y una profunda gratitud por quienes confían en mi.
Este estudio no nació solo de una pasión. Nació de una necesidad de crear algo propio, de construir una marca que no solo venda fotos, sino que acompañe procesos, cuente historias y deje huellas.




LA OPINIÓN DE ALGUNOS CLIENTES


